CIUDAD DE MÉXICO (20/AGO/2013).- El consumo de
refrescos es un hábito que deriva en problemas de salud entre las
sociedades habituadas a este tipo de bebidas gaseosas azucaradas. Sin
embargo, un nuevo estudia indica que en su consumo también se encuentra
la clave del comportamiento agresivo de muchos niños.
De acuerdo con la investigación,
el consumo de gaseosas entre los menores de edad aumenta la
manifestación de ciertos síntomas de comportamiento entre los que figura
la agresividad, publicó la revista ''The Journal of Pediatrics''.
“Hemos
visto que la conducta agresiva en los niños aumenta con la cantidad
diaria de consumo de refrescos”, dijo Shakira Suglia, coautora del
estudio de la Universidad de Columbia en Nueva York.
Suglia
señala en su trabajo que los componentes habituales de refrescos pueden
afectar al comportamiento, aunque advierten que hay pocos estudios sobre
sus efectos en los niños.
De esta manera, se demostró que la
influencia de las bebidas gaseosas es tal que –independientemente de
factores sociodemográficos, depresión materna, violencia en la pareja o
el encarcelamiento paterno– cualquier consumo de refrescos se asoció con
un aumento de la conducta agresiva.
Se encontró que los niños
que bebían cuatro o más refrescos diarios tenían más del doble de
probabilidades de romper cosas que aquellos que no los consumían.
Así
mismo, la probabilidad de que los niños habituados a las gaseosas se
peleen o ataquen físicamente a personas, también fueron sobrepasadas dos
veces más de lo normal.
Por si fuera poco, aunadas a estas
tendencias violentas, también fueron detectados problemas de atención y
un comportamiento retraído.
Para la investigación se estudió el
comportamiento de aproximadamente tres mil niños de cinco años de las 20
principales ciudades de Estados Unidos. De esta manera, los
investigadores pudieron darse cuenta que el 43% de los niños consumen al
menos una refresco al día, y el 4% llegaban a consumir diariamente
cuatro o más.
Sin embargo, debido a que los investigadores se
basaron en los reportes de las madres, no pudieron identificar los tipos
de refresco que fueron más consumidos por los infantes, o las medidas
precisas de las porciones asociadas con el aumento en el comportamiento
negativo.
Por otra parte, la Asociación Americana de Bebidas de
EU se manifestó en desacuerdo con los resultados del estudio y
destacaron que las empresas refresqueras no promueven o comercializan el
consumo de refrescos entre los niños, el grupo de edad examinado en el
estudio.
No obstante, el alto consumo de gaseosas es una
tendencia que es más que una tendencia de cierto sector poblacional, y
en pocas décadas se ha convertido en un hábito diario en muchos países
del mundo; uno cuyo abuso deriva en graves problemas para la salud de
quien los bebe de manera constante.
Fuera de Estados Unidos,
Latinoamérica representa, no sólo uno de los mercados más importantes,
sino el más grande para los fabricantes de bebidas carbonatadas y México
ocupa el tercer lugar en este rubro.
Según un estudio realizado
por Euromonitor International, Argentina encabeza la lista mundial con
131 litros por habitante en 2012, seguido por los chilenos con 121
litros y México en tercer lugar con un estimado de 119 litros.
Aún
cuando estos número hablan de sectores generales de población y no
indaguen en los habitos de los infantes, los menores de edad no son los
únicos afectados por este hábito dulce.
En 2011 se reveló que los
adolescentes que toman muchas bebidas gaseosas refrescantes son más
propensos a comportarse de manera agresiva e incluso a llevar armas.
Finalmente,
mientras que estudios anteriores han vinculado el consumo de refresco
con la obesidad, el hecho de que la violencia tenga nexos con este tipo
de bebidas representa también un importante foco rojo que se suma a los
problemas de salud. Por otra parte, también se convierte en un llamado
para que los padres regulen o supriman el consumo de refrescos entre los
infantes.

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